María ha terminado con éxito el Grado de Lengua de Signos y Comunidad Sorda en la URJC (Madrid) y, generosamente, ha querido compartir su experiencia con nosotros.
Además, hemos tenido la suerte de conocerla, ya que realizó el periodo de prácticas en nuestra empresa. Ha colaborado con Sígname en todos los departamentos: planificación del trabajo, elaboración de proyectos, realización de entrevistas, contenidos para redes sociales, etc.
Queremos aprovechar para darle las gracias públicamente por su buen trabajo y su gran disponibilidad e implicación con Sígname.
Me presento, soy María y tengo 22 años, vivo en Madrid y estudié en un colegio de mi zona. Antes de entrar a la carrera nunca había tenido contacto con la Lengua de Signos ni con la Comunidad sorda. Tan solo hace unos diez años estuve en un campamento de verano en el que había un niño sordo, él se comunicaba con nosotros a través de gestos ya que ninguno conocíamos su lengua y aquello llamó muchísimo mi atención.
Al finalizar mi bachillerato asistí a la feria de Aula, en la que te presentan diferentes grados universitarios, grados superiores o medios; yo tenía en mente estudiar magisterio y más tarde hacer un máster en educación especial para centrarme en personas sordas, pero allí me encontré con una orientadora que me presentó la carrera que finalmente hice, el grado de Lengua de Signos Española y Comunidad Sorda.
Entré en la carrera sin conocimiento alguno, poco a poco fueron introduciendo los signos más básicos y el vocabulario más esencial, por otro lado, empezamos a tener asignaturas que no tenían una relación tan cercana con la Lengua de Signos, pero nos ayudaban a entender de forma profundizada términos como “discapacidad”, “grupo”, “Comunidad Sorda”. Se fue aumentando el nivel de dificultad de forma lenta hasta lograr un nivel B2.2.
Actualmente mi nivel en Lengua de Signos no es para nada perfecto, pero me permite comunicarme de forma eficiente con personas sordas y esto me aporta una gran satisfacción. El haber aprendido otra lengua y en este caso una tan especial, me hace sentir que tengo el privilegio de comunicarme con dos mundos distintos (Comunidad Sorda y oyentes), cosa que la mayoría de la sociedad no puede hacer.
Aprender Lengua de Signos ha sido para mí contribuir en poner fin a las barreras de comunicación que las personas sordas encuentran a lo largo de su vida. Pero esto es algo que también he tenido que aprender, antes de comenzar mis estudios no conocía las dificultades que supone ser sordo en una sociedad oyente.
La Lengua de Signos ha cambiado mi forma de ver el mundo, me ha abierto los ojos a diferentes estilos de vida, de comunicarme y relacionarme con las personas. Ha desmontado numerosos prejuicios y estereotipos que la sociedad me había impuesto, y me ha enseñado cosas que jamás imaginé que pudieran ser así.
Es una lengua muy peculiar y estoy segura de que me ha aportado grandes beneficios como mejorar mi agilidad mental y mis habilidades comunicativas. Además, me ha permitido participar en nuevas experiencias, conocer gente y me ha dado la oportunidad de seguir aprendiendo ya que siempre hay más por conocer dentro de la Lengua de Signos.
Por otro lado, conocer otra cultura diferente para mí ha sido maravilloso, me gusta mucho viajar por esta misma razón, por entrar en contacto con otras formas de vida y con la Lengua de Signos ha sido como hacer un viaje en el que he descubierto cantidad de cosas interesantes.
Solo espero continuar formándome en esto y disfrutar de muchas experiencias más, aplicar mis conocimientos en otros ámbitos y mejorar mi nivel de Lengua de Signos para poder ser una gran profesional.